Tremenda final, y todavia faltan noventa minutos... para el infarto!!!

Eléctrico. De ida y vuelta. Frenético. La final de las finales
merecía este ritmo, esta incertidumbre de qué puede pasar, esta locura
de goles y golazos, de recuperaciones heroicas, de corridas
desesperadas, de atajadas salvadoras, de errores. Un igualdad que deja abierta la final. Un 2-2 que mostró las virtudes y las debilidades propias y ajenas. Un empate Monumental.
Gallardo
ausente dijo presente apenas confirmaron que iría con Martínez Quarta
en cancha armando una suerte de línea de 5 para frenar esa voracidad por
el gol que venía mostrando el equipo del Mellizo. Contagiados con una
Bombonera exultante, Boca salió con esa necesidad mezcla obligación de
salir a atacar desde la primera jugada. Y rápidamente quedó el partido
planteado: River se mostraba con mejor juego y variantes pero Boca era
una amenaza de gol.

Barrios y Pérez recuperando pero sin
buen pase. Palacios perdido y el Pity enroscado en su locura, el juego
se hacía más vibrante que jugado. Pero ya fue dicho, el poder de gol de
Boca es capaz de que sin generar mucho peligro Benedetto meta un
cabezazo de crack (buen centro de Olaza) frente a la pasiva marca de
Borré.
Biscay habrá recibido las instrucciones rápido y River
empezó a jugar como siempre. Afuera Martínez Quarta y adentro Nacho
Fernández para darle más juego al que siempre se mostró como mejor
equipo. Pero no necesitó de eso, le alcanzó con un tiro libre recto del
Pity Martínez al centro del área y la suerte de que Izquierdoz lo
hiciera en contra, tratando de marcar a Pratto.
Y el partido se
desinfló. Las piernas ya no respondían como antes y la sensación de que
sólo un error importante o una patriada individual podía romperlo.
Situación que se le dio a Boca cuando Carlitos Tevez dio su mejor asistencia en años y dejó solo a Benedetto ante ese ganapartidos, que otra vez ganó, Armani.
Abierto
por donde lo miren. Porque River da señales de más equipo, porque Boca
da señales de más goleador. Porque los dos tienen más de una razón para
creer que la Libertadores puede ser suya. Se define en dos semanas en el
Monumental.
Fuente: Diario Deportivo Olé.-
